martes, 22 de septiembre de 2009

COLOMBIA: EL MEJOR AMBIENTE DE NEGOCIOS EN AMÉRICA LATINA

Luis Guillermo Plata Páez
Ministro de Comercio, Industria y Turismo

Por primera vez, desde que el Banco Mundial creara el Informe Doing Business (Haciendo Negocios), Colombia se ubicó como el país con el mejor clima de negocios en América Latina, al ascender 16 posiciones en el último año (del puesto 53 al 37), en la clasificación mundial que mide a 183 países.

Adicionalmente, el Banco Mundial anunció la distinción para el país, por tercer año consecutivo, como una de las 10 economías en el mundo y como la primera en América Latina que más reformas ha realizado para mejorar el entorno regulatorio de los negocios.

Haciendo Negocios es una investigación que adelanta el Banco Mundial desde 2004, con el fin de comparar objetivamente los costos de la regulación pública de cada país en la realización de las actividades productivas; estos costos se miden en gasto monetario, tiempo y trámites que deben dedicar las empresas al cumplimiento de las normas.

Es evidente que la intervención del Estado es fundamental para establecer las reglas de juego de los mercados, pero en ocasiones las regulaciones se convierten en un lastre que frena la actividad productiva y, por lo tanto, el crecimiento y el bienestar de la economía. Por eso, el objetivo no es eliminar la regulación, sino mejorar su calidad.

El Banco Mundial señala que la investigación “se centra en las pequeñas y medianas empresas nacionales y analiza las regulaciones que influyen en sus ciclos de existencia”. Por esa razón definió 10 indicadores relacionados con las fases de la vida de las empresas: apertura de una empresa, manejo de permisos de construcción, empleo de trabajadores, registro de propiedades, obtención de crédito, protección de inversores, pago de impuestos, comercio transfronterizo, cumplimiento de contratos y cierre de una empresa.

Para una mejor comprensión de los resultados es importante hacer una breve ilustración de la metodología. Colombia avanzó en seis de los 10 indicadores analizados, y retrocedió en cuatro. Ello no significa que en los indicadores en los que hay retroceso el país no hizo nada o que adoptó medidas en contra del desarrollo de los negocios. Esas son situaciones reales en algunos países; pero en el caso de Colombia, aun cuando se implementaron mejoras en la regulación, hubo países que adoptaron medidas de mayor impacto.

Un ejemplo es el del indicador de obtención de crédito. El Banco Mundial reconoce explícitamente que el acceso al crédito mejora como consecuencia de la nueva Ley de Habeas Data, que reglamenta las bases de datos del sector financiero y garantiza los derechos de los deudores a revisar su información almacenada en ellas. No obstante, Colombia pasó del puesto 59 en el Informe de 2009 al 61 en el Informe de 2010.

De igual forma, en el indicador de protección de los inversores el país avanzó 19 posiciones con relación al informe anterior y quedó en el quinto puesto entre los 183 países. El Banco Mundial consideró que el Decreto 1925 de 2009 –mediante el cual se reglamenta el Código de Comercio sobre el conflicto de intereses y competencia con la sociedad, por parte de los administradores de la sociedad–, refleja cambios normativos de importancia, con efectos notables en el ambiente de los negocios.

En ese contexto, haber pasado en el escalafón global del puesto 83 al 37 en el término de tres años, evidencia un gran avance en el objetivo de construcción de confianza inversionista, y hace más visible a Colombia en el radar mundial de los inversionistas.

De los datos anteriores se coligen varios puntos de interés: Primero, que una decidida labor del gobierno permitió convertir una desventaja competitiva (estar en el puesto 83) en una ventaja competitiva; Colombia entró en la élite mundial del 20% de las economías con mejor ambiente para los negocios. Segundo, al mejorar notablemente la clasificación, Colombia se torna en un país cada vez más atractivo para la inversión nacional y extranjera. Tercero, todas las empresas, y en especial las PYME, encuentran en el país un entorno regulatorio más amigable para su crecimiento. Cuarto, las empresas de todos los tamaños tendrán menores costos de operación, ahorro de tiempo y disminución de trámites, mejorando su posición competitiva.

Estos logros demuestran que, en alianza público-privada, Colombia sigue comprometida en propiciar los cambios necesarios para mejorar el desarrollo de la actividad empresarial, fomentar la iniciativa privada y seguir promoviendo al país como un destino de inversión, tareas necesarias para disminuir la pobreza, el desempleo, y facilitar la formalización de las empresas.

Aún así, la tarea no está terminada. Así como hemos avanzado en la clasificación global y en algunos indicadores estamos entre los mejores del mundo, también tenemos mucho por hacer en los relacionados con el pago de impuestos y el cumplimiento de contratos. En el pago de impuestos hicimos el mayor avance en el Informe de 2010, y eso es importante; pero quedamos en el puesto 115, que dista de ser satisfactorio.

Más complicada aún es la situación en cumplimiento de contratos con el puesto 152, pues refleja un problema estructural que hay con la acumulación de procesos que hace lento el actuar de la justicia. La clasificación de este grupo la mide el Banco Mundial por el número de días que tarda una demanda por un pago y el costo que acarrea como porcentaje de la cantidad demandada; en Colombia se calculó en 1.346 días y el costo en 52.6% del valor de la demanda; casi el doble del promedio de América Latina y cerca del triple del de la OECD.

En síntesis, tenemos razones de sobra para celebrar, pero sin perder de vista que debemos seguir avanzando en la consolidación de Colombia como una de las mejores economías del mundo para hacer negocios.

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